miércoles, noviembre 07, 2007

BELGAS, NO JUGUEIS CON FUEGO

élgica celebró elecciones legislativas el 10 de junio, pero más de 100 días después todavía no hay gobierno, la clase política y la opinión pública se muestran inquietas. Los belgas, están aprendiendo a jugar a la ruleta rusa,y de eso los españoles sabemos bastante, porque nosotros entendemos mucho del estado de las autonomías y éstos empiezan a hacer pinitos con los tiras y aflojas de sus regiones.
La historia enseña que nunca fue fácil formar gobierno en un país que cuenta con tres regiones, tres comunidades lingüísticas (la flamenca, la francesa de Valonia y la alemana) y un complejo entramado institucional.
La crisis actual tiene un tono más duro, con los flamencos más radicalizados y convencidos de que no van a ceder ante los valones.
Los ricos flamencos del norte (casi un 60% de la población) pidieron más autonomía, mientras que los pobres valones (casi un 40%, con más paro y a los que los flamencos acusan de ser vagos y mantenidos) se resistieron a modificar el estado federal, no sé porqué pero esto me recuerda a algo, siempre el norte y el sur, la riqueza síntoma de trabajadores y la pobreza relacionada directamente con los vagos y maleantes.
"Hay una desconfianza mutua. Los valones piensan que las reformas del estado que quieren los flamencos son etapas en el camino hacia el separatismo. Del lado flamenco, existe la sospecha de que los valones lo quieren bloquear todo porque la situación institucional del estado actual les favorece económicamente", afirma Vincent de Coorebyter, director general del Centro de Investigación e Información Sociopolítica (CRISP).
Entre las demandas flamencas figuran pequeñas transferencias, como la gestión de los ferrocarriles, y grandes peticiones, como la gestión de la seguridad social y una mayor autonomía fiscal. "
Prueba de ello es que el parlamento flamenco rechazó hace unos días la celebración de un referéndum sobre la independencia de Flandes propuesto por el Vlaams Belang, que cuenta con un 25% del electorado flamenco.
Y a pesar de que algunas encuestas hablan de un ascenso del independentismo en Flandes, todavía son mayoría los que no ven en la separación la solución a sus demandas.
Sin embargo, los apocalípticos no cesan de dibujar cómo sería una Bélgica divorciada, con Flandes independiente o adherido a Holanda y Valonia por libre o engullida por Francia.
Bruselas, capital de Bélgica y de la Unión Europea (UE), enclavada en territorio flamenco pero con una mayoría del 80% francófona, es para muchos la que mantiene unido el país, junto a la monarquía.

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