arruecos, diciembre de 1774 — Los marroquíes sitian la plaza española de Melilla.Aunque a nivel diplomático España y Marruecos se mantienen en paz, a principios de la década de 1770 se producen constantes ataques de los marroquíes a la población española. En 1773 el emperador Mohammed ben Abdalá de Marruecos escribe una carta a Carlos III de España, en la que explica la decisión de marroquíes y argelinos de no permitir establecimientos cristianos en la costa norteafricana, entre Orán y Ceuta, y que están dispuestos a atacar los existentes. Según los musulmanes, esta amenaza no es contraria al tratado de paz de 1736, y acto seguido inicia el ataque contra Ceuta. Ante esta situación, el rey de España se ve obligado a declarar la guerra a Marruecos (1774). Entre las operaciones marroquíes, se encuentra el sitio a Melilla, dirigido por el emperador Mohammed y sus dos hijos. El cerco se prolonga durante dos meses, pero los españoles resisten. También atacan los musulmanes las plazas de Alhucemas y el Peñón de Vélez, sin obtener mayores resultados. En marzo de 1775 el emperador envía una carta al ministro de Estado español, proponiendo resolver amistosamente las diferencias entre ambos países.
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3 comentarios:
277 años más tarde, seguimos teniendo lo mismos problemas. Isabel la católica (mujer inteligente cmo la que más)ya lo dijo que el moro intenta entrar primero como amigo, cuando no lo consigue conquista. Besos Nelson
Heaven, de sobra sabrá que tildar a la reina católica de inteligente no es políticamente correcto en los tiempos actuales. Desde mi punto de vista, si lo fué, no solamente inteligente sino una mujer equilibrada y bastante avanzada para su tiempo. Hay que hacer resaltar, que tanto el duque de Orange como tantos otros que consiguieron un éxito tremendo con la leyenda negra respecto a España,se encargaron de levantar bulos malintencionados que han llegado hasta nuestros días.
De incultos, torticeros y anfetaminicos está el mundo lleno. Para mi Isabel la Católica es el ser humano por excelencia, no solo la admiro sino que pienso eso mismo que tu dices, se adelantó a su tiempo. Ay si muchas mujeres imitaran su ejemplo. Otro gallo nos cantara.
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