domingo, abril 29, 2007

LA OSADÍA DE LOS BANDOLEROS

ataluña, 1587 — La cuadrilla de bandoleros de El Minyó de Montellá se apodera, cerca de la población de Sidemunt, de la moneda que Felipe II envía a Barcelona, para ser reexpedida posteriormente a Génova. No es el primer robo que se realiza a las caravanas de moneda.
En 1573, el virrey de Cataluña menciona ya el problema del bandolerismo y de la seguridad de los envíos de moneda, apuntándose la posibilidad de avisar previamente de la llegada de estas remesas, para dotar de mayor seguridad a la ruta elegida. Luego, en 1583, se realiza el primer robo importante en La Creu de Santa Magdalena, cerca de Cervera (Lérida). Tiempo más tarde, en 1613, la banda del italiano Barbeta se apoderará de ciento once cargas de moneda del rey. El problema del bandolerismo es patente tanto en la ruta de metales preciosos Zaragoza-Lérida-Barcelona, como en la que, desde Castilla, recorre Valencia-Tortosa-Barcelona. Cataluña y Aragón sufren un espectacular auge del bandolerismo, que tiene su origen en varias causas. Junto a la miseria económica, que mueve a buscar en el delito un medio de vida, se encuentran factores políticos y geográficos que agravan la situación. La diversidad jurisdiccional y la abundancia de dominios señoriales favorecen el bandolerismo, ya que los diversos señores emplean a los bandoleros para atacar los intereses de sus enemigos. Además, existe una oposición entre la montaña, más pobre, y la llanura, más rica. Cuando en la montaña hay escasez de recursos, los montañeses bajan en busca de trabajo. Si no se puede acceder a esta salida pacífica, entonces cabe el recurso del bandolerismo, que encuentra un acicate especial en los envíos de metales preciosos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se tuvieron que adoptar medidas extraordinarias para combatir la proliferación de bandoleros. Las Cortes de Monzón de los años 1564 y 1585, aprobaron toda una serie de normas legales, para agilizar los mecanismos judiciales y un endurecimiento de las penas previstas contra los bandidos. A ello se añadió la creación de una nueva figura, la del Justicia de las Montañas, dotado de amplia jurisdicción y de una fuerza armada permanente, la guarda del Reino, con el objetivo primordial de erradicar el bandolerismo.
Pero el éxito de todas estas medidas fue relativo, y prueba de ello es que, en su evolución posterior, la guarda pasó a ser una institución a la defensiva encargada de proteger a los comerciantes, o que en varias ocasiones se recurrió a la concesión de amplias amnistías, que favorecieron la integración a la vida normal de muchas personas que, en uno u otro momento, habían formado parte de cuadrillas de bandoleros.
Saludos. Zinthia.