El ataque, que se inicia a mediodía, produce la inmediata caída de los parapetos, y la muerte (Oberstein) o huida (Champagny, Havré) de los principales jefes militares que defienden la ciudad. Los desmanes continúan durante horas, produciéndose más de siete mil muertos e incalculables pérdidas materiales. Para evitar que se repita la furia española, los Estados Generales, que se han reunido en Bruselas, aprueban una alianza con los rebeldes calvinistas de Holanda y Zelanda. Cuando llega don Juan de Austria y quiere imponerse como gobernador, no encuentra más que obstáculos a sus deseos.(Cuadro la furia española según Barón H. Leys. Reales de Bélgica Bruselas)
sábado, abril 14, 2007
LA FURIA ESPAÑOLA
mberes, 4 de noviembre de 1576 — Los soldados veteranos españoles, amotinados ante la falta de pagas, saquean la ciudad durante horas: en el vandálico acto, pierden la vida más de siete mil vecinos. Es lo que se ha dado en llamar furia española.
La caótica situación económica de la Corona alcanza uno de sus puntos culminantes el 1 de septiembre de 1575, cuando Felipe II firma un decreto de suspensión de pagos, o quiebra. Una de las consecuencias del decreto es la imposibilidad de seguir enviando dinero a Flandes.
A la muerte de Requesens (5.3.1576), Felipe II nombra nuevo gobernador a su hermano don Juan de Austria, al que ordena que se presente prontamente en Bruselas, pasando por el Mont Cenis, ya que la falta de pagas está enervando los ánimos de los soldados. Sin embargo, don Juan retrasa su viaje, entre otras razones por cuestiones monetarias, y viaja a Madrid, para solicitar de su hermano consejos para gobernar Flandes, labor a la que tiene verdadero pánico. Al mismo tiempo que don Juan cruza la frontera de los Países Bajos con Luxemburgo, disfrazado de criado morisco de Octavio Gonzaga, las tropas españolas saquean Amberes. En abierta rebeldía contra los Estados Generales, las tropas habían ocupado la ciudadela de Amberes en el mes de octubre, por medio de la sección de Sancho Dávila. Los vecinos de la ciudad, temerosos de ellos, piden que se refuerce la guarnición;pero la solicitud sólo sirve para enervar más a la soldadesca extranjera y precipitarla al saqueo.
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