spaña, 1553 — La emigración hacia las Indias se convierte en un recurso muy extendido, sobre todo para tratar de encontrar solución a los problemas de subsistencia en la Península. Esto queda bien patente, si comprobamos la procedencias de los emigrantes. El 42.5 % procede del sur peninsular, el 41,7 % del centro, el 6,7 % de Cáceres, Murcia y Albacete, y el 9 % de Portugal y Galicia.
Estos porcentajes se mantienen, tanto en la emigración legalmente registrados, como en la emigración ilegal. Según los registros oficiales, las licencias para emigrar a las Indias, concedidas entre 1509-59 por la Casa de Contratación de Sevilla, ascienden a 15.480; 2775 entre 1509-19, 1.127 entre 1520-29, 8.048 entre 1530-39, 766 entre 1540-49 y 2 764 hasta 1559. Sin embargo, junto a esto existe un intenso comercio y tráfico ilegal hacia las Indias, que eleva presumiblemente la cifra de personas emigradas a las Indias hasta las 100.000.
El elevado número de emigrantes, responde a la grave situación económica existente en la península Ibérica; la mayor parte de esta emigración procede en su casi totalidad de Castilla, ya que es el reino español más poblado y está prohibido ir a América a los naturales de los otros reinos, aunque estos emplean medios ilegales para emigrar.
La situación económica de España, en la primera mitad del s XVI, es de franca prosperidad, ante el estímulo de los metales preciosos procedentes de América. Se caracteriza por el aumento de la población, el desarrollo de la Mesta y la industria, la solidez de la moneda y un autoabastecimiento cerealístico. Sin embargo, en este período pueden verse ya signos claros de la recesión de los años siguientes, sobre todo a partir de 1557, cuando se declara la primera quiebra del estado. La agricultura y las clases campesinas dan señal de la crisis. La población peninsular en el s XVI alcanza los 9.485 .000 habitantes, 8.235.000 si descontamos Portugal. De estos, un 75 %, unos 6 millones, constituye la población productiva, de la cual un 75 %, unos 4.5 millones, son campesinos. Sin embargo, el rendimiento general del suelo es pequeño y no cubre las necesidades.
A pesar de cierta reactivación de la agricultura, dos aspectos frenan una evolución racional: el fuerte impulso otorgado a la Mesta, lo que resta tierras a la agricultura, y la pujanza de la aristocracia y, en consecuencia, del latifundismo señorial. Esto provoca que cultivos tan importantes como el del trigo, sufra graves irregularidades en sus cosechas y frecuentes oscilaciones de precios.Al complicarse con periódicas manifestaciones el terrible trinomio sequía-hambre-peste, la emigración aparece como solución ideal, restando importantes brazos al campo que repercuten aún más negativamente en su desarrollo.
1 comentario:
El título del post, tan exacto para aquellos días, también lo es en está época..... “La emigración, una válvula de escape”.... Miles de ilusiones, de sueños por encontrar una vida mejor.... Cuántos los cumplirían, y los cumplen.... Cuántos terminaron decepcionados, vencidos.... ¿Cómo volvieron, y vuelven a su tierra? Unos triunfantes y orgullosos, otros, ruinas humanas, sin nada... pero tal vez con un punto alegre en la mirada.... los que viven. Puede ser triste abandonar un país, sin desearlo, pero muchos buscaron, y buscan, lo que no pueden encontrar dentro de las propias fronteras.
Saludos. Zinthia.
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