ilipinas, 1587 — La primera misión de dominicos ha llegado a este dominio español en el Pacífico. Con ellos son ya cuatro las órdenes religiosas presentes en Filipinas. Los agustinos calzados, orden a la que pertenecía el padre Urdaneta, fueron los primeros, en el momento de la conquista. En 1577 llegaron los franciscanos, y cuatro años después los jesuitas. Ambas órdenes mantendrían agrias disputas sobre su papel en la evangelización de Japón y China. En 1605 se instalarán los agustinos recoletos; su tardía llegada les dejó con las peores haciendas y curatos, hasta la expulsión de los jesuitas en el siglo XVIII.
El papel de los frailes fue muy importante en Filipinas. Recluidos los españoles en Manila y algunas localidades menores, hacia el interior del país sólo penetraban los alcaldes mayores, para hacer justicia y recaudar tributos, y los misioneros, que encarnaban la conquista española en cada parroquia, donde el administrador indígena designado por los españoles —gobernadordillo— actuaba según su consejo. Estaban incluso autorizados a castigar físicamente a sus feligreses. Contaban con enormes propiedades y fueron muy influyentes en la política interna de la colonia (en 1719 organizaron la caída del gobernador Bustamante). Con su dinero financiaban a bajo interés la menguada vida económica; la enseñanza y las imprentas estaban en sus manos.
Confirieron un talante conservador a la vida colonial; pero, por la naturaleza de todo el sistema, los indígenas sufrieron una presión mucho menor que en América o los otros dominios europeos.Su defensa de las lenguas indígenas explica en buena parte el escaso arraigo del castellano.
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