oscientos años después de su hundimiento en la batalla de Trafalgar, el Santísima Trinidad vuelve a navegar, como si renaciera para asombrar a los que le ven nuevamente surcando los mares. El que fuera el navío más poderosamente artillado de la flota española y del mundo entero, con sus 140 cañones de diversos tipos, muestra su arquitectura sorprendente en el muelle del puerto malagueño.
Un joven matrimonio de Málaga, en una tertulia nocturna con unos amigos, decidió acometer la enorme tarea de dar nueva vida a un mito siempre recordado por los aficionados a las cosas de la mar, y pusieron sobre la mesa tres millones de euros para acometer la hazaña. Compraron el casco de un mercante destinado al desguace, y sobre esa base comenzaron a construir en un astilicro de Vigo lo que andando el tiempo, y con ese fuerte desembolso, se fue perfilando como el Santísima Trinidad. Asi, dos centurias después de hundirse en aguas del Estrecho cuando los ingleses lo remolcaban hacia Gibraltar como trofeo de victoria, volvía a reflejarse en las aguas su poderosa figura. Posteriormente lo remolcaron a Algeciras, donde se remató la construcción.
El barco posee la belleza de aquellas legendarias fortalezas flotantes, donde hombres de hierro luchaban en barcos de madera, con todo el valor que a las generaciones actuales sólo nos está permitido adivinar por los relatos de Luis Delgado Bañáis o de Patrick O’Brian. Se ha tenido especial interés en reproducir las tallas que embellecen la popa del navío, con sus galerías y faroles popeles. También la proa, con el león rampante en el tajamar, sosteniendo el bauprés a sus espaldas, presenta una estampa de fortaleza no exenta de gracia.
Estando destinado a ser un establecimiento de hostelería, el barco ha tenido que sacrificar su interior, pero se ha realizado una labor bastante aceptable. En el alcázar se ha montado un restaurante de alta cocina,mostrando por las cristaleras de sus ventanales el agua del puerto donde se reflejan sus primorosas tallas. En la cubierta principal hay un café, desde donde se divisa un panorama bélico por demás, con los tres palos sosteniendo las vergas y velas aferradas y la imitación de sus cañones.
En la cubierta siguiente, se ha montado una bodega donde degustar un variado tapeo y los vinos más selectos para los que gusten tomar unas copas sintiendo bajo sus pies el balanceo de la nave. Y bajando más hacia las entrañas del buque, se encontrará próximamente un pequeño museo donde se expondrán cuadros, uniformes y armas de la época de Trafalgar.
Bien es verdad que los entendidos en temas navales no le dan su aprobaciónn total, pues,aunque se ha realizado una copia lo más fidedigna posible, los eruditos en la materia están muy lejos de aceptar que sea una reproducción de los navíos que Gautier y Romero Landa diseñaran, y le ponen serios reparos a la arboladura y aspecto de los costados. Pero teniendo en cuenta el destino que se le va a dar, se puede considerar un buen ejemplo para quenosotros y neustros hijos nos hagamos una idea de lo que fue aquel navío, orgullo de los españoles de entonces...y de ahora.
Llegó a Málaga remolcado, pues no tiene equipo propulsor, aunque cuenta con las autorizaciones de Marina Mercante para navegar a vela pero como decimos, no será ese su cometido. Por cierto que durante la singladura desde Algeciras a Málaga, sufrió la rotura del bauprés. No parecen sentarle bien a ese barco las travesías por aguas de Punta Europa y cercanías.
R.F.D.N
2 comentarios:
Puede ser que los entendidos en temas navales, no den su aprobación,pero Nelson,yo tuve la suerte de verlo, y le garantizo que se me pusieron los pelos de punta.
Se lo recomiendo a los amantes de trafalgar,merece la pena la escapadita.
Estoy de acuerdo contigo en tu comentario, el poner encima de la mesa tantísimo dinero para empreder una aventura de ese tipo es algo encomiable, y aunque tenga las modificaciones oportunas en su interior, es lógico que sea así pues de otra forma sería imposible amortizar este proyecto.
Desde aquí agradezco a ese matrimonio, su valentia y sobre todo haber llevado a efecto algo que quizás tenía que haberse sufragado con fondos públicos. Una vez más, debemos el estudio de nuestra historia pasada a gente emprendedora,lamentando que fondos con un destino absurdo se apliquen a asociaciones de lo más dispares.
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