Por Robert BurnhamTraducido por José A.Aded – Junio 2001
“ Nunca vi soldados mejores, más disciplinados, y absolutamente sobrios en mi vida, y como exploradores, el viejo Húsar alemán no los excedió ".
Sir Harry Smith, del 95º de Rifles.
Uno de los episodios menos conocidos de la Guerra Peninsular fue el reclutamiento activo de españoles en el Ejército británico en 1812 y 1813. Durante años el británico miró con desprecio a sus colegas españoles y para la mayoría de los oficiales, era inconcebible tenerlos en sus regimientos. Hacia 1811, el Duque de Wellington se opuso a la idea. Esta actitud negativa fue arrastrada hasta el siglo XX y ni el Señor Charles Oman, en su trabajo definitivo de la Guerra Peninsular, ni John Fortescue, en su monumental estudio del Ejército Británico, mencionan su reclutamiento. Pero ellos fueron alistados; y en algunos casos, casi el 35% de los reclutas de las unidades en 1812 eran españoles. La mayor parte de las veces sirvieron honorablemente.
La primera pregunta que debe hacerse dado el extendido desprecio hacia las habilidades combativas del español por el cuerpo de oficiales británicos es: ¿ que circunstancias los llevaron reclutarlos en sus regimientos ?. Era una cuestión de números. Los británicos no tenían ningún sistema de alistamiento y confiaban en los voluntarios para completar las filas de sus regimientos. En 1811, el Ejército Británico que servia en Ultramar tenía 21,000 bajas. Mientras que esta cantidad es pequeña comparada con las bajas del ejercito Francés, Ruso, o Austríaco en 1805, 1807, o 1809, provocó una grave crisis en el sistema militar británico. En 1811, el Ejército Británico sólo había reclutado a 26,000 hombres para reemplazar a las 21,000 bajas, además de TODOS los regimientos en el servicio activo, no sólo aquéllos que servían en España y Portugal. ¡Dicho de otro modo, simplemente, el Ejército Británico estaba al limite de efectivos!.
La situación en los primeros cuatro meses de 1812 puso en grave crisis al sistema militar británico. Aunque Wellington obtuvo dos victorias notables en los sitios de Ciudad Rodrigo y Badajoz, tuvo un alto coste. Durante los dos sitios, el británico perdió casi 4,000 de sus propios hombres sin incluir las bajas portuguesas. ¡Esto estaba por encima de un 10% de los soldados británicos de Wellington antes de que combatieran en una batalla contra los principales ejércitos franceses! Algunas de las unidades de primer orden del ejército formaron parte de las tremendas pérdidas y no había ningún reemplazo a la vista. Las dos divisiones de primer orden del Ejército, la División Ligera y la " Fighting " 3ª División, fueron particularmente afectadas. El 1/88 Regimiento ( Connaught Rangers) había perdido el 25% de sus hombres y 14 de 24 oficiales en los dos sitios. Los 1/95 Rifles estaban en peor forma. Su fuerza era aproximadamente al principio de 1812 de 700 hombres y oficiales. Cuando Badajoz fue capturado el 1/95 tenía 16 oficiales y 198 soldados muertos o heridos; ¡alrededor de un 30% de bajas!. En los datos anteriores, claro está, sólo cuentan las bajas en combate. ¡Si 1812 iba a ser como 1811, Wellington debía de estar preocupado!. ¡Hacia el Otoño de 1811, el Ejército Británico tenía hospitalizado casi 17000 individuos o el 45% de las tropas!.
Ni siquiera Wellington podía esperar refuerzos. Había menos de 30000 soldados regulares en las Islas Británicas. Muchos de los batallones eran los depósitos para sus batallones hermanos y eran la matriz para proporcionar los reemplazos, ninguna unidad estaba completa. La Guerra con los Estados Unidos se estaba tejiendo en el horizonte y en Julio, la Gran Bretaña estaba luchando con sus anteriores colonias una vez más. Esto acabó con cualquier esperanza de mayores refuerzos para Wellington. ¡En 1812, el Ejército Británico en la Península se reforzó con sólo 3 regimientos de Caballería, una batería de Artillería, y un batallón de Infantería!. Este batallón de infantería sin embargo, fue considerado tan incapaz para el servicio activo, que se envió a Gibraltar para adiestrarlo para el combate.
Se cierra un trato.
Wellington comprendió que tendría que buscar las tropas en otra parte. Cuando se le propuso a principios de 1811, estaba firmemente opuesto, pero a mediados de 1812 no tenía ninguna elección. Según William Napier, se alcanzó un acuerdo a cambio de una concesión de un millón en moneda, junto con armas y uniformes para cien mil hombres, a cambio de que cinco mil españoles serían alistados en las filas británicas". El 18 de Mayo de 1812, Wellington envió la siguiente carta a todos sus comandantes divisionarios: El Gobierno español se ha complacido en permitir que un número limitado de súbditos de España sirvan a Su Majestad en los regimientos británicos que componen este ejército, le ruego que autorice a los regimientos nombrados en el margen alistar y afectar en su fuerza 100 voluntarios españoles, con las siguientes condiciones:
Se cierra un trato.
Wellington comprendió que tendría que buscar las tropas en otra parte. Cuando se le propuso a principios de 1811, estaba firmemente opuesto, pero a mediados de 1812 no tenía ninguna elección. Según William Napier, se alcanzó un acuerdo a cambio de una concesión de un millón en moneda, junto con armas y uniformes para cien mil hombres, a cambio de que cinco mil españoles serían alistados en las filas británicas". El 18 de Mayo de 1812, Wellington envió la siguiente carta a todos sus comandantes divisionarios: El Gobierno español se ha complacido en permitir que un número limitado de súbditos de España sirvan a Su Majestad en los regimientos británicos que componen este ejército, le ruego que autorice a los regimientos nombrados en el margen alistar y afectar en su fuerza 100 voluntarios españoles, con las siguientes condiciones:
Primero: Los hombres no deben ser menores de cinco pies y seis pulgadas de altura, de fuerte constitución, y no menores de diecinueve años mayor de edad, ni mayores de veintisiete.
Segundo: Se les inscribirá del siguiente modo por el comandante del regimiento para servir durante la guerra presente; pero en caso de que el regimiento en que ellos estén alistados deba salir de la Península los voluntarios españoles serán licenciados, y cada uno de ellos recibirá un mes paga completa para llevarla a su casa.
Modo de inscripción.
Yo, A.B. juro que serviré a Su Majestad el Rey de Gran Bretaña e Irlanda, en el ... batallón del ... regimiento de infantería, durante la guerra existente en la Península, si Su Majestad debe requerir mucho tiempo mis servicios, y con tal de que el ... batallón del ... regimiento continúe en la Península durante dicho periodo.
Yo, A.B. juro que serviré a Su Majestad el Rey de Gran Bretaña e Irlanda, en el ... batallón del ... regimiento de infantería, durante la guerra existente en la Península, si Su Majestad debe requerir mucho tiempo mis servicios, y con tal de que el ... batallón del ... regimiento continúe en la Península durante dicho periodo.
En tercer lugar: Se les permitirá asistir a los servicios Divinos según los principios de la Religión Católica Romana, del mismo modo que los soldados británicos, en los asuntos de Su Majestad.
Cuarto: serán alimentados, vestidos, y pagados del mismo modo que los otros soldados; y serán destinados a las compañías sin discriminación, como cualquier otro recluta. Quinto: Recibirán la paga desde la fecha de su inscripción, pero sin generosidad. El capitán de la compañía a la que cualquiera de estos voluntarios se destine, proveerá de ocho dólares a cada uno con los requisitos de que debe comprarse una mochila, dos pares de zapatos, y dos camisas. El oficial al mando de la compañía debe contabilizar el resto de la suma después de comprar estos artículos de la misma manera, en cuanto a su paga. Los zapatos pueden recibirse en la proporción usual del comisariado. Le pido que ordene a los comandantes de los regimientos, el deseo de que estos voluntarios deben tratarse con suma bondad e indulgencia, frente los grados del sistema de disciplina del ejército. Es de destacar en esta carta que los regimientos fueron autorizados para alistar a españoles, y que las unidades anotadas en los márgenes no se mencionan en los Despachos de Wellington. Sin embargo en una carta a su hermano, Sir Henry Wellesley, del 27 de Mayo de 1812, declara: "... el Gobierno de España ha señalado al Mariscal de Campo Don Miguel Álava su consentimiento en los asuntos de Su Majestad Católica, al poder permitir alistar a un número de 5000 hombres en el ejército de Su Majestad que sirve en la Península . Incluyo la copia de circular que he escrito a los Oficiales Generales de división para permitir a los regimientos de sus varias divisiones alistarse a los súbditos de Su Majestad Católica, y especificando las condiciones en que el alistamiento será hecho. Puedes observar que esta carta mantiene alistados a 4100 hombres que son todos los que he pensado apropiado permitir al día de hoy; y no he permitido a los regimientos extranjeros en el servicio británico alistar a cualquier español ". ( Kings German Legión, Brunswick Oels y Cazadores Británicos ). De esto se deduce que Wellington autorizó a cada regimiento Británico de linea que servia en su ejercito a reclutar alrededor de 100 españoles. En aquel momento, un regimiento británico que normalmente estaba en servicio activo consistía en un solo batallón. Había 41 batallones de linea en las ocho divisiones de su ejército. Desgraciadamente no declara por qué prohibió reclutar a los regimientos extranjeros. ( Kings German Legión, Brunswick Oels y Cazadores Británicos )
Se envian Bandos de Reclutamiento.
Es difícil determinar cómo la carta de Wellington a sus comandantes de división fue recibida por los regimientos, algunos de los oficiales y hombres en sus memorias , diarios, y cartas, mencionan a los reclutas españoles y si realmente sirvieron los bandos de reclutamiento. William Surtees, del 2 Batallón 95 Rifles, informó: Me enviaron " en compañía de otro oficial a las montañas de Gata, no lejos de la ciudad de Plasencia. No tuvimos éxito, aunque obtuvimos los nombres de algunos que prometieron que nos seguirían a La Encina, ninguno hizo su aparición ". William Napier, del 43 Regimiento que era inicialmente muy optimista sobre el reclutamiento escribió en una carta a su esposa el 3 de Junio de 1812 : " Este plan de alistar a los españoles pienso que falla, por lo menos en principio; los hombres jóvenes ya han sido arrebatados, y las personas que se ofrecen son muy pocas y la mayor parte incapaces. Se vuelve un asunto muy doloroso; si nos negamos , su respuesta es que deben ir y morir, para eso tienen energía suficiente, para llevarlos con nosotros, muchos que no han comido desde hace varios días justifican sus palabras con su apariencia . Somos demasiado optimistas en nuestra elección, queremos a los hombres más altos que crecen en el país; por mi parte, tomaría a las mujeres más pronto que a ninguno, cuando pienso que el tiempo es demasiado corto para ser exigente ". Edward Costello, del 1 Batallón del 95º Rifles, era un poco más afortunado: " Nuestros regimientos, por la constante refriega con el francés menguaron en demasía, los reclutas de Inglaterra vinieron muy despacio, hasta que nosotros encontráramos necesario por fin incorporar algunos españoles; para este propósito se enviaron varios oficiales no comisionados y hombres para reclutar en los pueblos adyacentes. En el curso de un corto periodo de tiempo , y para nuestra sorpresa, conseguimos un número suficiente de españoles para dar diez o doce hombres a cada compañía en el batallón. ¡Pero el misterio se desvelo enseguida, y por los mismos reclutas , quiénes al unírsenos nos dieron a entender, por una torcedura significante del cuello, y un ' Carajo' ( así como forzados ), que ellos tenían tres alternativas para escoger: entrar al servicio británico, al servicio de Don Julian, o ser ahorcados!. El dominio despótico de Sánchez, y su trato amenazante, era tan disconexa su inclinación para con los Guerrilleros que huyeron apresuradamente a sus bosques autóctonos bajo el miedo de ser capturados y alegremente se unieron a los regimientos británicos. “ A principios de Julio de 1812, Wellington estaba listo admitir la derrota en el proyecto y escribió el 7 de Julio al edecán del Príncipe Regente, Coronel Henry Torrens: " El hecho es, que lo adopté porque no podía adoptarse ninguna otra elección; y sospeché lo que ha resultado ser el caso, que conseguiremos algún que otro recluta. No hemos conseguido bastantes para formar una compañía entera del ejercito; y siento añadir que algunos han abandonado ". Wellington puede haber sido prematuro en su pesimismo. George Hennell, del 43 Regimiento, escribió a su casa el 19 de Septiembre de 1812 , que su regimiento tenía 12 españoles. A finales del año los 95 Rifles habían reclutado a 46 españoles en su 1er Batallón, ninguno en su 2º Batallón ( la unidad de William Surtee ), y 9 en el 3er Batallón. ¡Los reclutas españoles comprendían el 1er Batallón el 34% de todos los reemplazos en 1812!. Las cosas se presentaron bien en 1813 para los Rifles. Willoughby Verner, en su Historia de la Brigada de fusileros, informa que cuando la campaña empezó en mayo de 1813 el Regimiento tenía " 134 reclutas unidos ( principalmente los españoles ) ". Edward Costello informó en 1814, que 16 españoles habían servido en su compañía, pero sólo 5 habían sobrevivido a la guerra.
Su Actuación como Soldados.
Es difícil determinar cómo la carta de Wellington a sus comandantes de división fue recibida por los regimientos, algunos de los oficiales y hombres en sus memorias , diarios, y cartas, mencionan a los reclutas españoles y si realmente sirvieron los bandos de reclutamiento. William Surtees, del 2 Batallón 95 Rifles, informó: Me enviaron " en compañía de otro oficial a las montañas de Gata, no lejos de la ciudad de Plasencia. No tuvimos éxito, aunque obtuvimos los nombres de algunos que prometieron que nos seguirían a La Encina, ninguno hizo su aparición ". William Napier, del 43 Regimiento que era inicialmente muy optimista sobre el reclutamiento escribió en una carta a su esposa el 3 de Junio de 1812 : " Este plan de alistar a los españoles pienso que falla, por lo menos en principio; los hombres jóvenes ya han sido arrebatados, y las personas que se ofrecen son muy pocas y la mayor parte incapaces. Se vuelve un asunto muy doloroso; si nos negamos , su respuesta es que deben ir y morir, para eso tienen energía suficiente, para llevarlos con nosotros, muchos que no han comido desde hace varios días justifican sus palabras con su apariencia . Somos demasiado optimistas en nuestra elección, queremos a los hombres más altos que crecen en el país; por mi parte, tomaría a las mujeres más pronto que a ninguno, cuando pienso que el tiempo es demasiado corto para ser exigente ". Edward Costello, del 1 Batallón del 95º Rifles, era un poco más afortunado: " Nuestros regimientos, por la constante refriega con el francés menguaron en demasía, los reclutas de Inglaterra vinieron muy despacio, hasta que nosotros encontráramos necesario por fin incorporar algunos españoles; para este propósito se enviaron varios oficiales no comisionados y hombres para reclutar en los pueblos adyacentes. En el curso de un corto periodo de tiempo , y para nuestra sorpresa, conseguimos un número suficiente de españoles para dar diez o doce hombres a cada compañía en el batallón. ¡Pero el misterio se desvelo enseguida, y por los mismos reclutas , quiénes al unírsenos nos dieron a entender, por una torcedura significante del cuello, y un ' Carajo' ( así como forzados ), que ellos tenían tres alternativas para escoger: entrar al servicio británico, al servicio de Don Julian, o ser ahorcados!. El dominio despótico de Sánchez, y su trato amenazante, era tan disconexa su inclinación para con los Guerrilleros que huyeron apresuradamente a sus bosques autóctonos bajo el miedo de ser capturados y alegremente se unieron a los regimientos británicos. “ A principios de Julio de 1812, Wellington estaba listo admitir la derrota en el proyecto y escribió el 7 de Julio al edecán del Príncipe Regente, Coronel Henry Torrens: " El hecho es, que lo adopté porque no podía adoptarse ninguna otra elección; y sospeché lo que ha resultado ser el caso, que conseguiremos algún que otro recluta. No hemos conseguido bastantes para formar una compañía entera del ejercito; y siento añadir que algunos han abandonado ". Wellington puede haber sido prematuro en su pesimismo. George Hennell, del 43 Regimiento, escribió a su casa el 19 de Septiembre de 1812 , que su regimiento tenía 12 españoles. A finales del año los 95 Rifles habían reclutado a 46 españoles en su 1er Batallón, ninguno en su 2º Batallón ( la unidad de William Surtee ), y 9 en el 3er Batallón. ¡Los reclutas españoles comprendían el 1er Batallón el 34% de todos los reemplazos en 1812!. Las cosas se presentaron bien en 1813 para los Rifles. Willoughby Verner, en su Historia de la Brigada de fusileros, informa que cuando la campaña empezó en mayo de 1813 el Regimiento tenía " 134 reclutas unidos ( principalmente los españoles ) ". Edward Costello informó en 1814, que 16 españoles habían servido en su compañía, pero sólo 5 habían sobrevivido a la guerra.
Su Actuación como Soldados.
Muy pocos registros oficiales de testigos oculares sobreviven detallando la actuación de estos soldados españoles. Debe de haber sido bastante buena, ya que muchos fueron promovidos a cabos. Sir Harry Smith, del 1er Batallón del 95 Rifles, les dio siguiente elogiosa alabanza : " Nosotros también teníamos diez hombres en una Compañía de nuestro regimientos británico, los españoles, muchos de ellos los más atrevidos de los buenos tiradores de nuestro cuerpo, noblemente recobraron la distinción añadida al nombre de Infantería Española del tiempo de Carlos V. “ Nunca vi soldados mejores, más disciplinados, y absolutamente sobrios en mi vida, y como exploradores, el viejo Húsar alemán no los excedió ". El Sargento Edward Costello, del 1er Batallón del 95 de Rifles, dejó la siguiente descripción de uno de los españoles de su compañía: "...teníamos varios españoles en nuestro regimiento. Estos hombres eran generalmente valientes; pero uno en particular, el nombrado Blanco, era uno de los mas atrevidos y expertos tiradores que teníamos en el batallón. Su gran valor, sin embargo, estaba manchado por un amor por la crueldad hacia los franceses que detestaba, y nunca nombró sino con las expresiones más feroces. En cada misión que teníamos desde que avanzamos desde Portugal él siempre estaba en el frente; y la maravilla es cómo escapaba del tiro del enemigo, su actividad singular e inteligencia frecuentemente lo salvó. Su odio al Francés era, creo, ocasionado por su padre y hermano que eran campesinos que habían sido asesinados por un forrajeador francés. Desde este día dio muchas pruebas horribles de este sentimiento apuñalando implacablemente y golpeando con la culata de su fusil al francés herido que él vino a el. Esta matanza en la que estaba, sin embargo, fue detenida por un veterano de nuestro regimiento que, aunque padeciendo una herida severa en la cara, se exasperó así a la crueldad del español, que lo derribó con un golpe del extremo de su rifle. Sólo por la fuerza podíamos impedirle al español la mancilla de apuñalarlo.”
Los españoles se licencian.
Uno de las condiciones del servicio era que una vez la guerra en la Península había terminado, todos los soldados españoles que sirvieran en los regimientos británicos se licenciarían y no se les exigiría servir en otra parte. Existe la pregunta de que si esto ocurrió a finales de 1813 cuando las fuerzas aliadas pasaron a Francia, o en 1814 después de que paz se declaró y el Ejército británico partió para las Islas Británicas u otros lugares. Cualquiera que fuera la fecha, los españoles fueron licenciados y por lo menos en el 95 Rifles, su separación no fue una feliz para ningún lado. Una vez más Sargento Costello registra lo que pasó:
Uno de las condiciones del servicio era que una vez la guerra en la Península había terminado, todos los soldados españoles que sirvieran en los regimientos británicos se licenciarían y no se les exigiría servir en otra parte. Existe la pregunta de que si esto ocurrió a finales de 1813 cuando las fuerzas aliadas pasaron a Francia, o en 1814 después de que paz se declaró y el Ejército británico partió para las Islas Británicas u otros lugares. Cualquiera que fuera la fecha, los españoles fueron licenciados y por lo menos en el 95 Rifles, su separación no fue una feliz para ningún lado. Una vez más Sargento Costello registra lo que pasó:
" En pocos días [ 31 de Mayo de 1814 ] , recibimos un auto para proseguir a Burdeos, y embarcar para Inglaterra. Pueden imaginarse bien los grandes sentimientos de alegría que esto indujo a nuestros hombres, después de todas sus penalidades y sufrimientos, ya descritas. El segundo día de marcha nos detuvimos en un pueblo [ Bazas, 11 junio ], nombre del cual me olvido, dónde teníamos que separarnos de nuestros aliados españoles y portugueses. Un sentimiento de profundo de pesar, se sentía particularmente en los hombres de nuestro batallón al partir los españoles que habían estado tan largo periodo de tiempo incorporados en nuestras filas. Habían sido distinguidos por su gallardía, y aunque se habían destacado dieciséis en nuestra compañía, sólo cinco habían sobrevivido para ofrecernos el adiós. ¡Los compañeros pobres, ellos habían crecido adjuntos al batallón, y expresaron mucho pesar en salir! Incluso Blanco, el Blanco sanguinario, vertió lágrimas realmente “.
Conclusión
Conclusión
Se cierra una historia poco conocida de las Guerras napoleónicas. El número de españoles que sirvieron en el Ejército Británico en la Península probablemente no se conocerá nunca. William Napier, en su Historia de la Guerra de la Península establece que no sirvieron más de 300 y principalmente en la División Ligera. Todas las evidencias apoyan su afirmación. Aquéllos que sirvieron, era n nombrados por sus colegas británicos por su firmeza, valor, y devoción al deber. ¡No por los rasgos malos de cualquier soldado! Colaboradores: Este artículo demuestra la eficacia de Internet y como puede ser una herramienta de investigación. Estuve primero interesado por los reclutas españoles cuando estaba leyendo la Historia de Verner de la Brigada de Rifles y me encontré con una sección que trata de los reemplazos durante el año 1812. Allí menciona que los Rifles tenían éxito reclutando españoles. Esto chispeó mi curiosidad y anuncié la pregunta en el Foro de Historia de NapoleonSeries.org. Varios lectores proporcionaron las pistas de la investigación e incluso hicieron alguna investigación para mí. Me gustaría agradecer su ayuda a : Howie Muir, y Dean Carpenter. Debo dar gracias especiales a Rory Muir por apuntarme la dirección de Napier y Costello; ¡ y a Ron McGuigan que gastó muchas horas rastreando las referencias oscuras para mí y las visiones inestimables en los problemas de encontrar los reemplazos del ejército de Wellington !
BibliografíaBruce, H.A. Life of General Sir William Napier Londres: John Murray; 1864.Costello, Edward. The Peninsular and Waterloo Campaigns Hamden: Archon Books; 1968.Fortescue, John. A history of the British Army Londres: MacMillan & la Cía.; 1920. Volúmenes VIII & IX.Glover, Michael (Editor). A Gentleman Volunteer: The Letters of George Hennell from the Peninsular War, 1812 - 13 Londres: Heinemann; 1979.Grattan, William. Adventures with the de Connaught Rangers, 1809 - 1814 Londres: Greenhill Books; 1989.Gurwood, John (Editor). The Dispatches of Field Marshall the Duke of Wellington 1799 - 1818 1834 - 1839.Napier, William F. History of the war in the Península and in the South of France: from the year 1807 to the year 1814 V del Vol.; Londres: Constable; 1993.Omán, Charles. A History of de Peninsular War Nueva York: AMS Press; 1980.Omán, Charles. Wellington´s Army, 1809 - 1814 Londres: Greenhill Books; 1986.Page, Julia. Intelligence Officer in the Peninsula: Letters& Diairies of Major the Hon. Edward Charles Cocks 1786 - 1812 Nueva York: Hippocrene Books; 1986.Smith, G.C. Moore (Editor). The Autobiography of Sir Harry Smith: 1787 - 1819 Londres: John Murray; 1910.Surtees, William. Twenty-Five years in the Rifle Brigade London: Greenhill Books; 1996.Verner, Willoughby. The History and Campaigns of the Rifle Brigade: 1800 - 1813 Londres: Buckland and Brown; 1905.Wellington, Duke of . Suplementary Dispatches , Correspondance, and Memoranda of Field Marshal the Duke of Wellington Londres: John Murray; 1858 - 1872.
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